Salimos a las 13 h, sin
prisa pero sin pausa, caminito de
la Sierra de Huétor, vía Fargue. Son kilómetros de ascenso
penoso por el asfalto, hasta desembocar en el camino que nos conduce
a Víznar. Reponemos agua para no parar ya hasta Prado Negro. Así
que pedaleamos de nuevo hasta perder el asfalto, rodar por Alfaguara,
acercándonos un poco más a la meta. Disfrutar de las vistas de
estas sierras o de Granada son siempre un aliciente y un premio a las
horas de subida, de calor y del hambre que empieza a picar. Pero aún
tendría que pasar un rato largo de rodaje para alcanzar la comida.
Por supuesto, durante todo este tiempo, el Sr Catena no pierde el
aliento ni el resuello, no se despeina y jamás jadea mientras habla:
porque tiene la capacidad de hablar y pedalear infatigablemente
mientras yo tengo dificultades hasta para pestañear.
Procuro que no
se me note y le dejo en su monólogo, tratando en balde de
convertirlo en diálogo. También es conocedor de tooodo tipo de
carriles, veredas, sendas... "todos los caminos conducen a Roma"
y yo diría que "todas las rutas las conoce Catena".
Pero prosigamos con el
bicicleteo que es a
lo que hemos venido.

En seguida bajamos a la
cascada, un rincón precioso que jamás
hubiese ubicado allí, proveniente del Fardes.
hubiese ubicado allí, proveniente del Fardes.
Con más pena que gloria
(por aquello del alcohol) alcanzamos el nacimiento del río. Toda la
vida tan cerca de mi río Alhama, afluente del mismo, y jamás me
planteé de dónde venía. Creo que por eso me picó tanto la
curiosidad cuando lo oí mencionar.
Acequia a un lado y río al otro, Seguimos el camino de la primera: zarzas, pinchos, camino casi inexistente o desaparecido del todo por derrumbe, cascadita fresquita bajo la que pasar, bici al lado, al hombro, al costado, de pie, al trote, al galope... todo un sin fin de modalidades de cómo transportar una bici, hecho que nos retrasó bastante, pero que mereció la pena... a pesar de que me dejó las piernas como las de un cristo sangrante que además se acaba de pelear con un gato.

Finalmente salimos al
camino que nos trajo hasta allí, para después bajar por Alfaguara,
de nuevo Víznar y de allí a Granada. Una ruta altamente
recomendable, al ladito de la ciudad y al alcance de tod@s.
María Morillas
Muy buena ruta y crónica.
ResponderEliminarPedalear con Paco Catena es lo más divertido y entretenido, además del enriquecimiento Histórico de allí por donde pases.
ResponderEliminar