sábado, 7 de junio de 2014

Venta del Fraile-Cázulas-Río Verde-La Herradura

Huyendo de la aurora partieron los más fuertes, dejando el mar a su espalda, quisieron retar a esa caprichosa y bella carretera que su sube desde Almuñécar hasta Granada.Otros salieron pedaleando desde la Venta del Fraile, dejando que la mañana les impregnara de olor a pino y a retama.




Tan solo dos, algo más desentrenadas, quedamos para comenzar nuestra pequeña hazaña en el lugar llamado Los Prados del Pinar, un cruce de caminos, donde nos esperaban buscando rayitos de sol, Pilar I y Pilar II, Marcelo y Lali, que algo decepcionados comprobaron que no había café en el restaurante donde de forma poco hospitalaria les ofrecieron “el agua de la manguera” como único reconstituyente….. Pero NADA nos enturbiaría nuestro día, el entusiasmo y las ganas de pedalear, de compartir y de disfrutar de la naturaleza, apartaban cualquier amago de hostilidad.

Comenzamos a bajar, cada uno a su velocidad, sintiendo el viento en la cara, el sol y la grandeza del valle que se abría ante nosotros. Un perdigón asustado hizo que nos detuviéramos, observamos con sorpresa que al poco encontró a su madre, o ésta le encontró a él, una tierna imagen que capturamos con los móviles y que quedó grabada en nuestra retina. ¿Quién no se ha sentido alguna vez como ese perdigón, desorientado y perdido , indefenso y asustado….? 

Continuamos el descenso hasta encontrarnos con otros tres intrépidos, Enrique, Paco y el Holandés “Hervin”, quienes, acusando el desnivel, habían parado a oxigenarse y a hidratarse. Creo que se alegraron mucho de vernos…. 

Ya estábamos todos, un total de nueve intrépidos, dispuestos a degustar cada minuto, cada sensación. Descendimos hasta Cázulas, y casi sin darnos cuenta nos encontramos en el paraíso.









Un lugar reservado, donde el río se hace poza de aguas cristalinas y ofrece al cansado viajero un lugar donde sumergirse en agua fresca y disfrutar de ricas nísporas, rodeados de belleza, nos dejamos seducir y dejamos salir al niño que llevamos dentro, saltando desde una cuerda, nos desparramamos un poco y, después del chapuzón, continuamos el pedaleo hasta encontrarnos con el cauce del rio, que nos acogió juguetón y por donde, sorteando piedras, con las zapatillas mojadas, sorprendíamos a las ranas y ellas a nosotros.

Llegamos a Jete y allí callejeando por caprichosos vericuetos salimos a la carretera que nos llevaría hasta Almuñécar. Dejamos atrás el tentador Calvente, menos mal….










Pedaleando junto al mar y dejando atrás un reguero de chiringuitos nos encaramamos hasta “El Cotobro” , donde una cuesta interminable, también llamada “cuesta del sulpicio”, nos anunciaba un final de ruta apoteósico¡ gracias a los más entrenados, a sus alentadoras palabras y empujoncillos, los que lo estamos menos pudimos completar la hazaña, llegamos con el corazón pegando botes y las piernas temblonas, eso sí, muy satisfechos. 











A partir de aquí, una divertida bajadilla nos llevó directos a un bareto donde ofrecen tercios a los chicos y quintos a las chicas…, y de aquí a un segundo y un tercero…,donde la pandilla cierrabares echamos el ancla para darnos un chapuzón y bajar las revoluciones. 

Al poco rato varios nos lanzamos, tutelados por Lali, a practicar yoga en la playa, estiramientos, respiración, absorbiendo la energía del sol, de mar, de las olas en constante movimiento , siendo conscientes del equilibrio que nos rodea y sintiendo nuestro latido. 



Un lujo detrás de otro. Charla, risas, masajillos…, la tarde se alargó y casi cuando ya el sol se ponía, llegó Cali buscando “alimento”, así que a la merienda le siguió la cena y nos dieron las diez y las once, las doce las una las dos y las tres….

Calados hasta la médula de “ansia viva” continuamos en la mítica cochera, algo abrumados por los decibelios de un grupo roquero que se lo curró bastante bien. Con las energías en estado de reserva, nos marchamos a dormir, exhaustos, contentos de exprimir cada minuto y agradecidos de los regalos que nos da la vida.

Fabiola Vargas


Venta del Fraile-Cázulas-Río Verde-La Herradura


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lunes, 2 de diciembre de 2013

Guindalera's Single Tracks !!!.


 Saliendo desde Itrabo y después de los ya tradicionales buñuelos con alhambra especial en el Samuray, frente al mercado de Almuñecar, cogemos la vereda que nos lleva a la fuente de Itrabo y al puerto de los Guajares, que es una mezcla de rampones duros y duros con brillo que no se los salta un galgo. 



Una vez allí la vista es espectacular y nos desviamos al verdadero I+D+I+G ( G de Garrapatas) tras subir otro pequeño puerto, el de la Guindalera, nos situamos junto al vértice geodésico del mismo nombre y decidimos si seguir la ruta en bici o en descapotable nuevo de Paco.



Desde allí apenas si distinguimos la vereda que sale hacia El Minchar y que se convierte en un descenso del tipo tortura china para cualquier “cipote” que lleve pantalones cortos como es mi caso…. 



La bajada, sin embargo, aunque es bastante técnica, dolorosa ya que está plagada de aulagas y arboles caídos, es también espectacular y merece la pena el sufrimiento por ver ese paisaje con Molvizar de fondo, personalmente una vereda perfecta de mtb para bicis dobles!.

Seguimos bajando hacia el Barranco del Puente donde encontramos otra fuente idílica, la “fuente del pueblo” si no recuerdo mal…y siguiendo por el camino del tesoro volvemos a Itrabo donde recomendamos encarecidamente no tomar nada en uno de los dos bares del pueblo, y esperar a llegar a La Herradura!!.

Emilio Serrano, alias Yogurtu Mghe !!!.




Guindalera's Single Tracks


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sábado, 21 de septiembre de 2013

Written to Heaven Peaks (y II)


Después del primer intento del 1 de marzo, ver entrada en este blog, y abortado el segundo intento en Julio, el joven francés Arsenio Billet y servidora quedamos a las 7:30h en la cochera del susodicho, una vez descartados los demás expedicionarios que amenazaron con venir y que al final no cumplieron con ella.


Uno de ellos fue Sulpi que la noche anterior, en el tercio de tercios, no pude convencerlo de subir en bici pero que, con la ayuda de su mujer Elisa, quedaron en hablar con Francine, la mujer de Arsenio, y subir los tres en coche a Peña Escrita para acompañarnos un rato por el sendero.

Así fue como a las 7:30h, después de comprar pan el el horno para el bocata, salimos tranquilitos subiendo por el basurero, puerto de los Mateos y carretera de Peña Escrita, afrontando las primeras rampas simpáticas hasta llegar a la cancela.

El día estaba bueno, un mar de nubes se iba acumulando en los castillejos y la temperatura agradable.

Seguimos subiendo hacia Peña Escrita cuando se oye a lo lejos la jauría de lobos al unísono, sin saber si era la hora del desayuno, un aquelarre o la época de celo.

Llegamos al restaurante Cantalobos y Arsenio se empeña en subir hasta el despegue del Parapente, la última rampilla.



Detrás de las antiguas cuadras de los ponys escondemos las bicis y los cascos y herramientas detrás de las Jaras, que en esta estación presenta una cubierta de sustancia pegajosa y brillante.

Arsenio se cambia de ropa y zapatillas y nos disponemos a emprender la marcha con nuestros bastones de senderismo, cuando llegan Francine, Elisa y Sulpi que han subido al final.

Nos preparamos todos y empezamos la subida por la vereda que lleva al Collado de la Encinilla, vereda al principio buena pero muy cerrada por la vegetación espinosa al poco, donde los que no llevamos pantalón sufrimos un verdadero "Sulpicio".



Pasamos la valla que delimita el parque por la escalera al efecto y segimos hasta llegar el collado, donde Francine llega muy cansada y decide no seguir, volviendose con Elisa y Sulpi después de un descanso.





Arsenio y yo seguimos por la vereda, a veces "autopista" y otras "despeñadero", pasando por el lugar donde la primera vez tomamos el bocadillo y decidimos dar la vuelta.


La ruta sigue con subidas y bajadas continuas, pasando por una zona de un incendia reciente, a la altura del desvío del sendero del Barranco de los Cazadores, que conocemos de oídas por nuestro compañero Antonio "el Bilbaíno", gran aficionado al senderismo y a la "Bici de Monte" como el la llama, y que llega a la Fuente del Esparto.


Seguimos dirección al Cielo, cambiando varias veces vertiente este y oeste, pero sin poder disfrutas de las maravillosas vistas que allí se divisan por el otro mar, el de nubes.


Llegamos al Cielo después de tres horas y media, remanso de paz, algo cansados y hambrientos, dando solución a estas dos cosas hacemos algunas fotos en la cruz, llamándonos especial atención el cartel informativo de "Fin de Sendero", como si no fuera evidente !!!.


 La vuelta la hacemos por el mismo sitio de la ida pero en una hora menos, por no equivocarnos en algunos sitios que había vereda pero que desaparecía al poco, y por ser un trazado con más bajadas que subidas.

Escaseaba el agua aunque al empezar teníamos el camel-back lleno, llegando al collado de la Encinilla y bajando la vereda que hicimos juntos los cinco. Sufriendo por segunda vez los efectos de la vegetación espinosa y anhelando la goma de riego del restaurante Cantalobos.

Recuperamos la bicis y nos preparamos para bajar a La Herradura por el mismo sitio de la ida, llegando a las 19h.



Arsenio, ha costado trabajo pero al final los hemos conseguido !!!, una cosa menos y una aventura más.


Paco Catena


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domingo, 30 de junio de 2013

Junta de los Ríos


Una ruta que te hace " subir de nivel" (nivel 2 en palabras de Arsenio)

Participantes Arsenio  Paco Catena, Enrique, Pablo (al principio hasta buscar la subida del doctor) y un sufridor (Jose Aragón).

Quedamos para desayunar en la Bola a las 8.30 y todo cerrado, empezamos mal. Tras conseguir desayunar en el paseo, por fin algo abierto, salimos a las 9 para subir por el basurero y dejarnos caer por el tractor al camino del río Verde; al final en los altos de Cotobro, encontramos a Pablo que ya viene de darse una paliza, con su flamante 29 y se decide entrar por Almuñécar.

Rambla, cancela, las bicis a peso y comienza la “traca” para buscar la subida del doctor. Rompepiernas unos kilómetros y un tentempié antes de acometer la célebre cuesta del doctor. 



Acopio de agua al comienzo y ¡hala ! a subir y subir y más subir y más... Gracias Enrique por hacerme de liebre en la interminable subida. Coronamos y ahora bajar hasta llegar a la poza tan comentada del río. 

¡No será para tanto! pienso mientras bajamos pero…: qué delicia de paraje, qué fresquito hace y qué MAGNÍFICO Y REPARADOR BAÑO, nos damos con los meybas al uso para la poza; esto es: en pelotas. Absolutamente recomendable para quien no la haya probado, la poza y hacerlo en bolas. 

Vuelta a las bicis y nuevo tramo rompepiernas hasta llegar al palacete de Cázulas y buscar el curso del río evitando los "peajes". Tras varios intentos fallidos,  consigo vadear el río en múltiples ocasiones sin mojarme. 

El resto como verdaderos profesionales nunca se mojan. Alguno es capaz de hacer un video vadeando. ¿Cómo lo logran? Bajamos hasta salir a la carretera de la cabra por debajo de Otívar y enchufados para Almuñécar; ya pica el estómago. 

Algunos se suman a la celebración algo tardía de San Pablo en Calabajío y el resto (o sea yo) a subir Cotobro (a estas alturas me parece el Alpe D´Huez) y p´a la Herradura.(tenia un compromiso previo y no pude quedarme a la invitación de Pablo.

Resumen: Cinco horas de ruta baños incluidos, absolutamente recomendables incluso para gente menos puesta (mi caso) aunque imprescindible sufridora. Gracias a los tres por invitarme y especialmente a Enrique por esperarme y animarme en los momentos críticos (puñetera cuesta del doctor) 

Esta etapa, la repetiré, sin duda.

Jose Aragón



Junta de los Ríos


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