domingo, 16 de diciembre de 2012

Tetica de Bacares-Velefique

Tras varias invitaciones por parte de Vicente a las que no pude acudir por diversos motivos, finalmente el pasado día 16 de Diciembre decidí sumarme a una salida en bici con el Club endurero "Bicis de Cerro".





Lo cierto es que la ocasión no pudo ser mejor, ya que se trataba de una ruta " I+D+I", como ellos suelen llamar a aquellas que se realizan por primera vez, por lo que todos iríamos un poco a la aventura. No obstante lo anterior, hay que decir que sería una aventura con reservas, ya que para evitar sorpresas ahí se encontraba Paco Catena y su GPS con todos los tracks de la ruta.

A lo anterior hay que sumar que en mi caso estaba de estreno no solo en la ruta, sino también estrenaba bicicleta y grupo de salida, por lo que me abordaban las dudas de si estaría a la altura de las circunstancias o me convertiría en un lastre para los demás.

En esta ocasión no fue así debido a que la ruta fue de lo mas asequible y agradable, y el grupo de compañeros de salida era de los más variopinto (en cuanto a la capacidad física y técnica) , así como muy solidario con aquellos que se iban quedando mas rezagados, realizando regularmente paradas técnicas que permitían contemplar el paisaje a la vez que reagruparnos. Para esta ocasión coincidimos Angel, Antonio, Cali, Carmen, Fernando Soto, Javi, Paco Catena, Vicente y un servidor, sumándose también en funciones logísticas Miguel (a quien cariñosamente se refieren como "Miguelón" ), mecánico de la tienda especializada en enduro Bici2o de Granada, quien asimismo es aficionado a la fotografía, por lo que mientras unos nos divertíamos disfrutando con nuestras monturas, el hacía lo propio con su equipo fotográfico aprovechando el maravilloso entorno en el que nos encontrábamos y las espectaculares vistas del horizonte.

Tal fue su concentración en esta labor, que cuando finalizamos la ruta y regresamos al lugar donde se encontraban los vehículos, hubo que organizar una partida de búsqueda para localizarle; el tiempo no había transcurrido para él. 
Bueno, ahora toca hablar un poco del destino elegido: Se trataba de realizar un descenso del que habían llegado buenas referencias a algunos miembros del grupo y en cuya preparación llevaban un tiempo trabajando Vicente y Paco Catena (si mi información no es errónea), concretamente una vereda de la "Sierra de los Filabres" (Almería) que desciende desde un punto denominado como "Fuente de lo Alto", muy próximo al "Alto de Velefique" de 1820 metros de altitud, para llegar a la localidad almeriense de Velefique, población de poco mas de 300 habitantes ubicada a 930 metros de altitud, a 48 kms de Almería y en las inmediaciones del desierto de Tabernas. La verdad es que la propuesta resultaba a priori muy atractiva. 

Tras diversos y simultáneos puntos de encuentro establecidos alrededor de las 08:00 de la mañana en diferentes localizaciones de los alrededores de nuestra ciudad (Granada), nos pusimos en marcha en cuatro vehículos con destino a Velefique. Recorridos unos pocos kilómetros, realizamos una parada técnica (obligatoria cuando la ruta se encuentra en dirección a la provincia de Almería) en una cafetería pastelería de la localidad de Alcudia de Guadix, que permitió la reagrupación de los cuatro vehículos así como tomar fuerzas con un suculento desayuno compuesto por los preceptivos cafés e infusiones, acompañados de churros, pastas y unas tostadas de pan casero de hogaza untadas de tomate y aceite de oliva, a la vez que cubiertas por un manto de apetitosas lonchas de jamón serrano, tostadas que estaban presentes en la mente de la mayoría de los componentes del grupo desde el mismo momento de iniciar el trayecto, y que sin duda tienen mucho que ver con el carácter obligatorio del que se ha dotado a esta parada en el camino. 




Trascurridas alrededor de dos horas de trayecto en coche llegamos hasta Velefique, y una vez que dejamos uno de los vehículos estacionados en este pueblo, subimos con el resto hasta el "Alto de Velefique" (puerto de 1ª categoría incluido en ocasiones en el trazado de la Vuelta Ciclista a España), donde tras estacionarlos, repasar nuestras bicicletas y comprobar que llevábamos todo el material necesario en nuestras mochilas, decidimos entrar en calor antes del descenso y subir pedaleando hasta la cumbre de la "Tetica de Bacáres", montaña próxima con forma piramidal que recibe este nombre por la similitud de su perfil con esta parte de la anatomía femenina.



Una vez en su cumbre pudimos disfrutar de unas vistas panorámicas excepcionales, ya que desde sus 2085 metros de altitud permitía divisar gran parte de la orografía de Andalucía Oriental, destacando entre otros Sierra Nevada, Sierra de Baza, Sierra de Cazorla, Sierra de María, y a sus pies el Desierto de Tabernas y el mismísimo mar Mediterráneo. Tras realizar las preceptivas fotografías de grupo en alternancia con alguna que otra broma, nos dispusimos a bajar en dirección al "Alto del Velefique", para lo cual haciendo justicia al carácter endurero del Club, tratamos de evitar el asfalto buscando alternativas entre los pinares , si bien la ausencia de veredas y la idea en todo momento presente de no deteriorar zonas vírgenes, hicieron que la bajada transcurriese entre tierra y asfalto, con una mayor presencia de este último.



Encontrándonos de nuevo en el "Alto de Velefique" nos despedimos de Miguel, quien en esta ocasión había sustituido temporalmente sus herramientas de mecánico por el equipo fotográfico, y nos dirigimos por un cortafuegos hasta el "Alto del Portillo", en cuyo vértice geodésico tomamos un tentenpié y realizamos una fotografías para dejar testimonio gráfico de que en este Club además de pedalear también se disfrutan otros placeres de la vida. En este punto quedó retratado Vicente en un contraluz que le asemejaba al mismísimo Cristo del Monte Corcovado, en versión andaluza.


Momentos después llegábamos a la "Fuente de lo Alto", lugar que da inicio a la bajada que nos había llevado hasta esos lares, y tras reagruparnos dimos comienzo a un descenso por una vereda, en su mayoría compuesta de grandes piedras dispuestas por la naturaleza de forma escalonada, de manera tal que en ocasiones hacía pensar que en esta disposición pudiera tener algo que ver la mano del hombre.
La vereda recorría en forma de zig-zag toda la ladera de la montaña orientaba hacia el sur, de manera que en su parte mas alta los cambios de dirección eran mas frecuentes que en los tramos mas próximos a la falda, si bien en todo caso estos cambios se constituían en curvas lo suficientemente cerradas como para obligarte a hacer continuos cambios de ritmo, pero a la vez con la amplitud suficiente para poder trazarlas sin necesidad de echar pie a tierra. 


De igual modo, los escalones de piedra tenían la suficiente altura para mantenerte pendiente en todo momento de la trazada, pero sin que existiesen puntos de peligro que te hiciesen pasar miedo, es decir no había trampas en el camino y el nivel de riesgo se lo imprimía cada cual en función de la velocidad con la que quería realizar la bajada, que por cierto apelando de nuevo a la nobleza del trazado, si tu máquina te acompaña os aseguro que se puede bajar muy rápido.





Todos coincidimos en resaltar las cualidades de la ruta en cuantas paradas realizamos para reagruparnos y comprobar que ninguno había sufrido incidentes, y asimismo, de forma unánime coincidimos en manifestar que nos había sabido a poco cuando inevitablemente ésta llegó a su fin, pese a que según manifestó Carmen había transcurrido una hora y media desde que salimos de "Fuente de lo Alto", hasta que entrábamos a Velefique, punto donde moría la vereda.  
La experiencia fue tan grata para todos que nos distorsionó la percepción del tiempo, yo al menos nunca tuve la sensación de que la bajada hubiese tenido esa duración, pese a que las paradas para reagruparnos y relajar antebrazos y piernas fueron numerosas, encontrándose estas siempre acompañadas de comentarios de elogio dirigidos al trazado. 



Sin duda una ruta completamente recomendable para aquellos que quieran probar los componentes y sistemas de suspensión de sus máquinas con vocación endurera, quedándonos en nuestro caso con ganas de repetirla incluso aquel mismo día de haber tenido alguna forma de remontar nuestras bicicletas hasta el punto de inicio, pero nos tuvimos que conformar con amenizar la experiencia con unas cuantas cervezas acompañadas de un surtido de tapas en el Restaurante "Alto de Velefique", sito en las instalaciones de la piscina municipal del pueblo, quienes al no tener prevista nuestra visita y nuestro buen "saque", se fueron quedando sin existencias en la cocina para atender nuestros pedidos, así que para sucesivas visitas (que las habrá), el dueño del establecimiento nos facilitó una tarjeta con el número de telefóno para realizar encargos, figurando entre sus especialidades el "Choto en Salsa", el "Arroz" y las "Migas". ¿A que apetece repetir la experiencia?.

No obstante lo anterior, en el regreso a Granada aún quedó espacio y tiempo para realizar la parada técnica de carácter obligatorio en la cafetería de Alcudia de Guadix, aunque en este caso el reclamo no lo fueron las tostadas de hogaza de pan casero con jamón, sino un surtido de pasteles que no se lo puede saltar un deportista con los índices glucémicos peligrosamente bajos debido al esfuerzo.



Tras reponer niveles, regresamos prestos y felices a nuestros respectivos domicilios, no recordando en este momento la hora exacta de llegada, aunque si puedo recordar que el sol ya se había puesto hacía un buen rato. Hasta la próxima, que seguro que habrá más y se intentará que sea mejor.

Ruta contentada por Antonio Vilchez


Tetica de Bacares-Velefique


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