domingo, 25 de noviembre de 2012

El Almiar: una acequia y dos intentos.

Corría el mes de noviembre de 2012, en los días previos al anunciado fin del mundo de los mayas, y a instancias de nuestro querido Jose nos proponemos conquistar la misteriosa acequia del Almiar. 

Así, el 10 de noviembre nos encontramos Alfredo, Jose, Javier, Mariano y el que firma en Pampaneira para organizar la salida. Compuestos y con bicis, tomamos el “calibus” por la pista de Puente Palo, con intención de llegar hasta la Casa Forestal y desde ahí empezar a “escalar por las veredas”. 

Todo marchaba estupendamente hasta que nos encontramos la pista colapsada de hombrecillos de verde, con todoterrenosverdes, escopetasverdes, perrosverdes y mocosverdes, con su verde cara de decir el monte es nuestro, porque sus verdes miradas y palabras verdes nos decían: largaros de aquí, que con los colmillos que tenéis algunos y los cuernos que lleváis otros no sería raro que nuestras verdes balas atravesaran vuestras negras litesvilles y a vosotros mismos … 

Obviamente nos resistimos a la amenaza verde y fuimos a preguntar a los señores del parque, que con sus caquis trajes y caracaquis nos dijeron que nuestra ruta quedaba fuera del alcance de las balas. 

Ya en ese momento me quedó la duda de si los caracaquis lo tendrían muy claro … pero eso lo averiguaríamos más tarde. 

 Total que dejamos nuestro coche y a sudar, una vereda y unos rampones de aúpa y un paisaje digno del Canadá. 

Todo perfecto hasta que alcanzamos Puente Palo y nos desviamos hacia nuestra ansiada acequia cuando nos encontramos a …. un hombreverde, con su verderifle y sus verdes palabras. 

Mis sospechas se cumplieron, los caracaquis no tenían ni zorra, ni ciervo, ni jabalí, vamos ni idea de por donde iba la montería, así que repasamos nuestras protecciones (casco, coderas, rodilleras guantes, chaleco antibalas … ¡el chaleco!, ostras nos lo hemos olvidado… maldición!, y después del subidón que llevamos!! Oh no! 

Afortunadamente Alfredo reunió el sentido común que los demás no acabábamos de tener y decidimos disfrutar la veredita que acabábamos de escalar … así que abortamos, nos quedamos sin acequia y “pabajoooo” 

Todo perfecto hasta que se me ocurre ir a ver si había setas debajo de unas zarzas y un tronco, en el fondo de un barranco … vaya leche y pobres costillas … 

Según nos acercábamos al coche, el deseo y la necesidad de disfrutar de la ruta nos motivan a buscar alternativas, posibles senderos, … mmm … 

 Al final, gracias a Alfredo que nos bajó el coche hasta Órgiva (si es que es un tesoro!!), nos lanzamos a buscar veredas … con espléndido resultado, por cierto, pues llegamos al Dique 24 (un sitio donde todo todo era muy “feo” “feo”) y luego seguimos vereda hasta Soportújar, Carataunas y Órgiva. 

Al final habíamos salvado la ruta! Aunque por si aún me quedaba un hálito de ganas y de costillas, pues doblete, nos subimos a Bubión, unos hanquithomas de queso fundido con el tercio de Flandes, digo de Alhambra y para arriba, descensaco hasta el Guillermo, y de ahí a urgencias a hacerme la fotocopia del costillar, diagnóstico: “carne despegá!, así que otro tercio para celebrarlo!, pastillón y para casa!. 

Total una “jartá de día”.  

Viendo como estaba la cosa, y que el IKEA necesitaba la urgente contribución de alguno … dejamos un fin de semana de descanso (con un triplete de Cabo de Gata para relajar piernas) y el día 24 acometemos el segundo intento. 

Esta vez se incorporan Tato, Oli, Enguique, Mariano, Jose y muamemme (me menciono en francés porque la amplia representación gabacha hizo que se escuchara más francés que otra cosa en todo el día). 

Bon, nous obtenons cette fois l'objectif !!! L’Almiar a été conquise !!! 

Parece que hay interferencias. 

Bueno, que por fin conquistamos el Almiar … una maravilla. 

Tras la acequia una remontada por la pista hasta el refugio del Puntal, bocatas y luego unas vistas inéditas de la sierra (al menos para mí), veredas, investigaciones, desbroces, y por fin veredilla junto al río Poqueira para chillar (una clásica para algunos y todo un descubrimiento para mi …). 

Más tarde, subimos a Capileira, refrigerio y nos dispusimos a disfrutar de un pedazo de postre hasta el Guillermo pasando por Bubión… 

Y de los colores … que deciros … “Bellesa” a espuertas! 

 

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